miércoles, 19 de agosto de 2009

Carta al director




Hace unos días Karina vocera de UVVAN envió una carta al director del mercurio de Antofagasta dando a luz la noticia sobre Bolivia y la ley de prohibición de animales en los circos la cual fue publicada el jueves 06 de agosto del 2009.

Lo único fue que no publicaron el título original que era "victoria para los animales".

Lo que nunca nos contaron de los lácteos


La leche es el alimento perfecto para los bebés, en todos los mamíferos. Pero ninguna especie bebe leche después de la infancia. Tampoco ningún mamífero bebe la leche de otra especie, porque la naturaleza ha diseñado la leche de cada especie para satisfacer completamente sus necesidades nutritivas particulares. En cambio, el ser humano consume leche de otros animales durante toda su vida. ¿Es esto necesario? ¿Es sensato? ¿Es beneficioso o puede resultar perjudicial?

Nos hacen hacen llegar mucha información sobre sus virtudes, especialmente desde los productores de leche. ¿Por qué sólo parecen mostrar las virtudes de los lácteos y en cambio ningún inconveniente? ¿Es en realidad el alimento perfecto o es posible que existan intereses comerciales de por medio, como en tantas otras cosas? ¿Has oído de personas con intolerancia a la leche? ¿Hasta que punto existe una manipulación de la opinión pública? ¿Se puede vivir sin leche, o es imprescindible?

La respuesta es, evidentemente, que NO es imprescindible. El prestigioso Dr. Michael Klaper afirma que "los seres humanos no tienen absolutamente ninguna necesidad nutricional de la leche de vaca". Una dieta sin lácteos puede cubrir todas las necesidades nutritivas y sin riesgos para la salud.

De hecho, los lácteos pueden ser peligrosos. Se han encontrado pruebas científicas irrefutables sobre los riesgos de salud que conllevan los derivados de la leche de vaca. Estos problemas están provocados por las proteínas, el azúcar, la grasa y los contaminantes que contienen los lácteos. La lista de problemas asociados con los lácteos es interminable, destacando: alergias, infecciones amígdalas y oído, asma, anemia, diabetes juvenil, enfermedades coronarias, artritismo, sinusitis, leucemia, cáncer (de colon, próstata, pecho, ovarios y recto), esclerosis múltiple, osteoporosis, cataratas, etc. Pero inexplicablemente estos descubrimientos siguen manteniéndose silenciados, probablemente en beneficio de poderosos intereses creados.

El Proyecto China (un estudio comparativo de las costumbres dietéticas y el estado de salud entre las zonas rurales chinas y la sociedad occidental) ha demostrado que los países del tercer mundo (generalmente en África y Asia, en los que culturalmente jamás han consumido lácteos), no padecen osteoporosis y otras enfermedades relacionadas. Cuando adoptan los hábitos occidentales, empiezan a desarrollar los mismos problemas de salud que afectan a nuestras sociedades. Además, las razas no caucásicas padecen mayor tasa de intolerancia a la lactosa.

Nada puede sustituir a la inmejorable leche materna para los niños. Existen prestigiosos especialistas en nutrición que consideran la leche de vaca inadecuada para el sistema digestivo humano, y también para el de los niños. La leche de vaca está adaptada a las necesidades nutricionales de los terneros, que a diferencia de los bebés humanos, doblan su peso en 47 días (180 en los humanos), desarrollan cuatro estómagos, y tras pesar unos 40 kilos al nacer, alcanzan los 900 kilos en 2 años. La leche de vaca contiene unas 3 veces la cantidad de proteína de la leche humana y casi un 50% mas de grasa. No es de extrañar que las generaciones actuales crezcan más que las de antes (se puede decir que a ritmo de vaca).

Habitualmente se ha mitificado el consumo de leche, presentándola como un alimento rico en proteínas y calcio, cuando, de hecho, un 87% de ella es agua. Pero aún así, la leche animal contiene excesivas proteínas y grasas para nuestra fisiología.

El Dr. John A. McDougall llama a los alimentos lácteos "carne líquida" debido a la similitud de su contenido nutricional. El contenido en grasas etiquetado en las leches comerciales es de 3,6%. En realidad este dato representa un engaño, a primera vista da la impresión de ser muy bajo, pero no es real porque está indicado en relación con el peso o volumen total, y no al total de calorías. Expresado respecto al total de calorías representa casi un 50%. Esto es debido a la gran proporción de agua que contiene. Según Robert Cohen, del Dairy Education Board y autor del libro "Milk: the Deadly Poison" (Leche: el Veneno Mortal), un norteamericano medio consume cada día 161 mg de colesterol procedente de la leche, queso, mantequilla y otros lácteos, la misma cantidad contenida en 53 lonchas de bacón. Por esta razón se dice que intentar perder peso sin dejar de tomar productos lácteos es como intentar apagar el fuego con gasolina.

Es cierto que la leche es una buena fuente de calcio, pero también lo son las hortalizas de hoja verde, las legumbres, patatas, champiñones, frutos secos y semillas, aparte de las algas, que son el alimento mas rico, y además estas fuentes vegetales están exentas de los inconvenientes que presentan los productos lácteos. Y si esto te sorprende, si crees que los lácteos son irreemplazables para el aporte de calcio, pregúntate tan solo: ¿De dónde sacan las vacas el calcio que se encuentra en la leche?

Las recomendaciones oficiales nos invitan a consumir hasta 3-4 raciones de 250 gr. al día para los adolescentes (un litro de leche o equivalente), y 2-3 raciones para niños y adultos, como parte de una dieta equilibrada. Pero además, no hay que olvidar que muchos alimentos elaborados incluyen también algún lácteo en su composición, con lo cual se añaden a estas cantidades. Esta es la razón por la que, según el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos), los productos lácteos constituyen el 39,25% del total de la ración alimenticia que consume el americano medio. Es decir, los lácteos ocupan el primer puesto en alimentos consumidos.

Con todo esto, fácilmente se corre el peligro de alcanzar un exceso que no va a estar exento de problemas. En general, ha existido una educación por el miedo: si no tomas leche, tendrás carencias (falta de calcio, etc.). Pero ¿alguien tiene miedo de los efectos de un posible exceso, cuya existencia está demostrada?

El texto que viene a continuación es original del PCRM, siglas del Physicians Committee for Responsible Medicine (Comité de Médicos por una Medicina Responsable). Fundado en 1985, este comité estadounidense es una organización sin ánimo de lucro apoyada por cerca de 5.000 médicos y 100.000 seguidores. Entre sus recomendaciones figura la dieta vegetariana sin lácteos (vegana).


¿QUÉ HAY DE MALO EN LOS PRODUCTOS LÁCTEOS?


1. Osteoporosis
La leche se recomienda para prevenir la osteoporosis, aunque la investigación clínica muestra que esto no es cierto. El Estudio de Salud de Enfermeras de Harvard, que siguió a mas de 75.000 mujeres durante 12 años, mostró que el aumento del consumo de leche no tiene un efecto protector sobre el riesgo de fracturas. De hecho, el consumo superior de calcio procedente de los lácteos estaba asociado a un mayor riesgo de fracturas. Un estudio australiano obtuvo los mismos resultados. Además, otros estudios han demostrado que no hay ningún efecto protector del calcio lácteo sobre los huesos. Se puede reducir el riesgo de osteoporosis reduciendo el consumo de sodio y proteína animal en la dieta, aumentando el consumo de frutas y verduras, haciendo ejercicio, y asegurando un adecuado consumo de calcio procedente de vegetales tales como las hortalizas de hojas verdes y las legumbres, así como productos enriquecidos en calcio como los cereales de desayuno y algunos zumos.

2. Enfermedades Cardiovasculares
Los productos lácteos -que incluyen quesos, helados, leche, mantequilla y yogur- aportan cantidades importantes de colesterol y grasa a la dieta. Las dietas ricas en grasa y grasas saturadas pueden aumentar el riesgo de diversas enfermedades crónicas como son las enfermedades cardiovasculares. Una dieta vegetariana baja en grasas que elimine los lácteos, en combinación con el ejercicio, dejar de fumar, y combatir el estrés, permite no solo prevenir los problemas cardiacos, sino también recuperarse de ellos. Existen lácteos desnatados; sin embargo, acarrean otros riesgos de salud como se indica a continuación.

3. Cáncer
Diversos tipos de cáncer, como el de ovario, han sido relacionados con el consumo de lácteos. El azúcar de la leche, la lactosa, se descompone en el organismo en otro azúcar, la galactosa. A su vez, la galactosa se descompone mas por la acción de los enzimas. Según un estudio del Dr. Daniel Cramer y sus colegas de Harvard, cuando el consumo de lácteos excede la capacidad de los enzimas de descomponer la galactosa, puede acumularse en la sangre y puede afectar a los ovarios femeninos. Algunas mujeres tienen niveles particularmente bajos de estos enzimas, y cuando consumen lácteos de forma regular, su riesgo de cáncer de ovario puede alcanzar el triple que otras mujeres.

Los cánceres de mama y próstata también han sido relacionados con el consumo de lácteos, presumiblemente asociado, al menos en parte, al aumento de una sustancia llamada factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1). El IGF-1 se encuentra en la leche de vaca y se ha demostrado que aparece en niveles superiores en la sangre de individuos que consumen lácteos de forma regular. Otros nutrientes que aumentan el IGF-1 se hallan también en la leche de vaca. Un reciente estudio demostró que los hombres que poseían los mayores niveles de IGF-1 tenían mas de cuatro veces el riesgo de cáncer de próstata en comparación con aquellos que poseían los niveles mas bajos.

4. Diabetes
La diabetes dependiente de insulina (tipo I o inducida en la infancia) está asociada al consumo de lácteos. Estudios epidemiológicos de diversos países muestran una fuerte correlación entre el uso de lácteos y la incidencia de esta diabetes. Los investigadores descubrieron en 1992 que una proteína especifica de los lácteos provoca una reacción auto-inmune, que se sospecha que es lo que destruye las células productoras de insulina del páncreas.

5. Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa es común en muchas poblaciones, afectando en Norteamérica aproximadamente al 95% de los asiáticos, al 74% de los nativos americanos, al 70% de los africanos, al 53% de los mejicanos, y al 15% de los caucásicos. Los síntomas, que incluyen molestias gastrointestinales, diarrea y flatulencia, suceden porque estos individuos no poseen los enzimas que digieren la lactosa. Además, aparte de estos síntomas no deseados, los bebedores de leche se están también arriesgando a desarrollar otras enfermedades crónicas y dolencias.

6. Toxicidad de la Vitamina D
El consumo de leche puede que no proporcione una fuente consistente y fiable de vitamina D en la dieta. En los muestreos de leche se han encontrado variaciones significativas en el contenido de vitamina D, con algunas muestras que presentaban hasta 500 veces el nivel indicado, mientras que otras poseían poca o ninguna. Un exceso de vitamina D puede ser tóxico y puede provocar niveles excesivos de calcio en la sangre y en la orina, una absorción superior de aluminio por el organismo y depósitos de calcio en los tejidos blandos.

7. Contaminantes
Se suelen utilizar comúnmente hormonas sintéticas como la hormona de crecimiento bovino recombinante (rBGH) para las vacas lecheras con el fin de aumentar la producción de leche. Debido a que las vacas están produciendo cantidades de leche que la naturaleza jamás previó, el resultado obtenido es la mastitis, o inflamación de las glándulas mamarias. Su tratamiento requiere el uso de antibióticos, y se han encontrado restos de ellos y de hormonas en muestras de leche y otros lácteos. Los pesticidas y otros medicamentos también son contaminantes frecuentes de los lácteos.

8. Preocupaciones de Salud en Bebés y Niños
Las proteínas, el azúcar de la leche, la grasa y la grasa saturada de los lácteos pueden representar riesgos de salud para los niños y conducir al desarrollo de enfermedades crónicas tales como obesidad, diabetes y formación de placas arterioescleróticas que pueden conducir a problemas cardiacos.

La Academia Americana de Pediatría recomienda que los bebes menores de un año no reciban leche entera de vaca, ya que la deficiencia de hierro es mas probable con una dieta rica en lácteos. Los derivados de la leche de vaca son muy bajos en hierro. Si se convierten en parte principal de la dieta, la deficiencia de hierro es mas probable. Los cólicos son una preocupación adicional en relación con el consumo de leche. Uno de cada cinco bebes sufren cólicos. Los pediatras aprendieron hace tiempo que la leche de vaca era a menudo la razón. Ahora se sabe que las madres que amamantan pueden tener bebes propensos a cólicos si dichas madres consumen leche de vaca. Los anticuerpos de las vacas pueden pasar del flujo sanguíneo de la madre a la leche de su pecho y así al bebe. Además, las alergias a los alimentos parecen ser un resultado común del consumo de leche, particularmente en los niños. Un reciente estudio también asoció el consumo de leche de vaca al estreñimiento crónico den los niños. Los investigadores sugieren que el consumo de leche produce llagas perianales y dolor agudo al defecar, conduciendo al estreñimiento.

Como conclusión, la leche y los productos lácteos no son necesarios en la dieta y pueden, de hecho, ser peligrosos para la salud. Consume una dieta sana de cereales, frutas, verduras, legumbres y alimentos enriquecidos como cereales de desayuno y zumos. Estos alimentos concentrados en nutrientes pueden ayudarte a cubrir tus necesidades de calcio, potasio, riboflavina y vitamina D con facilidad y sin riesgos para la salud.

LA INDUSTRIA LÁCTEA


Cuando se habla de la producción de leche, nos viene a la mente la imagen bucólica de la vacas pastando mansamente en unos extensos prados verdes, y el ganadero madrugando para ordeñarlas manualmente. Ciertamente esta situación, que todavía se produce en algunas regiones (sobre todo en zonas rurales), no es la base de la competitiva industria láctea para obtener sus enormes producciones. Salvo en dichas zonas rurales, hoy en día es prácticamente imposible acceder a una leche en estado "natural". Estamos a merced de la industria y nos ofrecerán lo que ellos quieran.

Como todos sabemos, los lácteos de mayor consumo son la leche, quesos, yogures, helados, manteca, nata...Dentro de ellos, existe una amplísima gama. Es curioso observar cómo han ido intentando salvar los problemas que acarrean haciendo modificaciones en los productos para que "se adapten a las necesidades nutricionales de cada individuo": si la leche entera es mala para el colesterol, sacamos leche descremada; si la descremada "parece" agua, sacamos la semi-descremada; si al descremar pierde las vitaminas liposolubles, añadimos vitaminas A y D; si tienes riesgo de osteoporosis, añadimos calcio; si tienes mas colesterol, sacamos la leche con Omega-3 en vez de la grasa láctea; para facilitar la digestión, leche baja en lactosa; si necesitas fibra, leche con fibra; para niños en crecimiento, está la leche con 12 vitaminas y minerales; y ahora hasta con flúor!!!...En definitiva, lo que nos venden es un "brebaje industrial" que nada tiene que ver con el producto "natural" original y sus supuestas virtudes. Por cierto, la leche enriquecida con ácidos grasos Omega-3, promocionada por sus virtudes en el control del colesterol, ni siquiera se puede considerar apta para lacto-vegetarianos, pues los omega-3 que utilizan son de origen "marino", extraídos de hígado de pescado azul.

La producción de lácteos descremados un excedente de crema. La mejor forma para no dejar perder esta crema es usarla en la elaboración de otros alimentos.

El suero también es un subproducto de la fabricación del queso. Si lo tiran, es una sustancia muy contaminante y deshacerse de él representa un grave problema para esa industria. La solución: introducirlo en los alimentos como ingrediente. Incluso se vende como suplemento dietético por su "alto contenido en sales minerales, etc.".

Incluso quienes desean evitar la manteca lo tienen difícil, pues casi todas las margarinas que se anuncian como vegetales suelen incorporar algún componente de origen lácteo.

Muchas personas suelen argumentar que en realidad beben poca leche (o ninguna). Lo cierto es que la mayor parte de los lácteos se ingieren de forma camuflada. Esto es fácil de constatar dando un paseo por el supermercado y leyendo las etiquetas de composición de los alimentos. Hoy en día es realmente difícil encontrar un producto de panadería (pan de molde, galletitas, bollería, etc.) que no lleve algún lácteo (indican sólidos lácteos, suero, proteínas de leche, leche en polvo...). Como dijimos antes, según el Departamento de Agricultura de los EE.UU. la proporción que representan en la dieta media es del 39,25%, ocupando con diferencia el primer lugar.

Los procesos de transformación (pasteurización, UHT, etc.) se nos han vendido como una medida de seguridad para el consumidor, para eliminar todos los gérmenes. En realidad, estos procesos no "higienizan" la leche (continúa igual de sucia, con pus, sangre, antibióticos, hormonas), pero transforman sus cualidades convirtiéndola en un producto "muerto". Al estar muerta, lo que sí se consigue es que dure en los almacenes muchos meses, evitando pérdidas económicas. La máxima expresión de esto es separarla en sus ingredientes o transformarla en leche en polvo. En sus libros, Harvey Diamond cita multitud de experimentos realizados en los que, debido a su desnaturalización, la leche muerta no es suficiente ni siquiera para mantener en vida a los terneros, cosa que lógicamente si sucede estando cruda.

Además, el proceso de homogeneización de la leche hace que la grasa se divida en partículas mucho mas pequeñas que en su estado natural, lo cual les permite atravesar las membranas intestinales sin una digestión adecuada y posteriormente ocasionan problemas de salud, especialmente enfermedades cardiovasculares por deposito en las arterias.

Y en cuanto a los lácteos descremados, ¿no son mas saludables? La leche, quesos, yogures y otros lácteos descremados o "dietéticos", si bien tienen menos grasas que los enteros, como mucha gente los cree mas sanos, come mayores cantidades, con lo cual puede en muchos casos estar ingiriendo la misma o a veces mayor cantidad de grasas e indefectiblemente mas cantidad de proteínas bovinas, que por lo visto pueden ser mas perjudiciales que las grasas al menos en cuanto a variedad de enfermedades que pueden desencadenar.

Además, existen evidencias científicas de que la caseína y quizás otras proteínas de la leche, se pueden transformar en grasas saturadas como el colesterol, lo cual implica que ni siquiera utilizando moderadas cantidades de lácteos descremados se logra hacer una verdadera prevención y menos aun tratamiento, de las enfermedades cardiovasculares y otros trastornos vinculados con este tipo de grasas.

LA VIDA DE UNA VACA LECHERA

Los consumidores que evitan la carne por razones éticas a menudo siguen considerando los alimentos lácteos como compasivos, porque en principio no hay que matar al animal. Pero los productos obtenidos de la leche de vaca son cualquier cosa menos compasivos para las vacas y sus terneros.

De la misma forma que la gallina se ha convertido en una máquina de hacer huevos, las vacas se han transformado en fuentes de hacer leche de cuatro patas.

Lejos de la creencia popular de que se crían alegremente en los verdes prados de la campiña, gran parte de las vacas lechera son criadas en unas lamentables condiciones: hacinamiento, suciedad, ordeño intensivo, mala alimentación, embarazos forzados, administración de hormonas, antibióticos y tranquilizantes, etc. El productor busca lo que podría llamarse "Súper Vaca". La vaca lechera moderna es criada, alimentada, medicada, inseminada y manipulada para un solo fin: producir mas leche.

La producción media de una vaca de granja intensiva es de 4.000 a 6.000 litros anuales, y los ganaderos/científicos siguen buscando procedimientos para aumentar esta cifra. Pero la búsqueda de una mayor producción no beneficia precisamente a la vaca.

El ordeño mecánico sustituyó al manual, y permite ordeñar a los animales 2 o 3 veces al día. Este sistema excesivo, además de ser molesto, provoca heridas, inflamación e infecciones en las ubres, que además de dolorosas para los animales exigen la administración de medicamentos y antibióticos.



Algunas personas aún creen que las vacas "dan" leche del mismo modo que el agua sale del grifo, siendo incapaces de comprender que las vacas tienen que parir para producir leche. Para mantener elevada la producción de leche, es necesario que la vaca tenga un embarazo cada año. Tras el parto, la producción es máxima, y durante 10 meses podrá ser ordeñada hasta el siguiente embarazo. Esto se hace mediante inseminación artificial o por implante de embrión. Los terneros nacidos y no deseados abastecen a la industria de la carne ternera, la mas cruel de toda la ganadería intensiva.



La ternera es encerrada en naves especiales, con suelo de cemento o metal. Sus jaulas solo les permiten estar de pie o estiradas, ni siquiera pueden darse la vuelta. Este tratamiento tiene un fin especifico: la mas tierna carne de ternera proviene de un animal mal nutrido, anémico, cuya alimentación y movimiento han sido severamente restringidos. Si se le permitiera moverse o hacer ejercicio y se la alimentara con hierba, grano o paja, la carne de la ternera se tornaría mas oscura y dura, y esto es lo último que desearía el productor. Su deseo es conseguir un animal gordo y débil en el menor tiempo posible. Para lograrlo alimentará a la ternerita con una dieta líquida deficiente en hierro basada en una combinación de leche en polvo y aditivos. Abandonarán sus celdas únicamente para ir al matadero.

Cuando desciende la productividad lechera de la vaca y por tanto deja de ser rentable para el ganadero (tras 4 o 5 lactancias, por término medio, en contraposición a su esperanza de vida de 20-25 años), será enviada al matadero para transformar los maltrechos despojos de su cuerpo agotado en las populares hamburguesas y salchichas baratas, que degustaran los aficionados a estas nutritivas delicias.

OSTEOPOROSIS

Este punto merece especial atención, pues dentro del incuestionable estatus de alimento saludable que la leche ha gozado durante décadas, nos han inculcado la idea de que los lácteos son buenos (incluso esenciales) para los huesos por su alto contenido en calcio. Pero esta visión empieza a tambalearse.

La osteoporosis es una enfermedad debilitante caracterizada por una baja densidad ósea y por tejido óseo deteriorado. Contrariamente a las pretensiones de la industria láctea, está perdida ósea no es prevenida o detenida por un consumo aumentado de calcio tanto como por un descenso en el consumo proteico. De hecho, tras estudiar la dieta de 78.000 mujeres americanas durante un periodo de 12 años, los investigadores de la Universidad de Harvard concluyeron que "no es probable que el alto consumo de leche u otras fuentes alimenticias de calcio durante la edad adulta confieran efectos protectores sustanciales frente a la fractura de cadera o antebrazo"; las participantes en el estudio que consumían mas de 450 miligramos diarios de calcio procedente de lácteos realmente doblaban su riesgo de fracturas de cadera. Los alimentos ricos en proteína animal, como la carne, los huevos, y los lácteos, lixivian calcio del organismo para neutralizar los subproductos ácidos resultantes de la descomposición del exceso de proteínas; esto provoca una pérdida neta de calcio. Las sociedades con poco o ningún consumo de lácteos y proteínas animales muestran una baja incidencia de osteoporosis. Además, el Dr. McDougall indica que "la deficiencia de calcio causada por una insuficiente cantidad de calcio en la dieta no se conoce entre los humanos".

LA OSTEOPOROSIS NO SE INICIA POR FALTA DE CALCIO EN LA DIETA. Y esto lo demuestra el hecho de que la gente que tiene una alta ingestión de calcio procedente de productos lácteos también sufre de altas tasas de osteoporosis.

Diversos estudios han demostrado que el consumo de lácteos no solo no evita la descalcificación, sino que la acentúa. Esto se debe a que, a pesar de que la leche contiene mucho calcio, este calcio no es aprovechado convenientemente por nuestro organismo (en cambio un ternero si lo puede aprovechar de forma correcta). además, se sabe que el exceso de proteínas, sal y otras sustancias de la dieta roban calcio al organismo, pues este necesita neutralizar químicamente la reacción ácida que provocan (el calcio es alcalino).

Las fuentes de calcio mas saludables son los vegetales (coles, hojas verdes), pues contienen una buena cantidad de calcio sin las desventajas de las proteínas, y además contienen boro que ayuda en la fijación del calcio.

En definitiva, el calcio es solo uno de los muchos factores que afectan al estado de los huesos. Otros factores fundamentales son las hormonas, el fósforo, el boro, el ejercicio físico, el tabaco, el alcohol y los medicamentos, junto con la riqueza proteica de la dieta.